El sensor implementado en el dispensador 885 No Touch

Después del período Covid, la higiene se ha convertido en un tema aún más extendido y sobre el que prestar más atención. Los ambientes particularmente sensibles al tema como hospitales, clínicas, quirófanos siempre han utilizado accesorios que permiten evitar el contacto directo con las manos.

Ya a mediados del siglo XIX algunos médicos más astutos, como el célebre Doctor Semmelweis, protagonista de la novela del mismo nombre de L.F. Céline, había comprendido la importancia de lavarse las manos, notando el alto porcentaje de muerte de madres que entraban en contacto con gérmenes y bacterias presentes en las manos de los médicos que las operaban, la septicemia se extendía rápidamente y era una de las principales causas de no -muerte solo de mujeres embarazadas pero de muchos tipos de operaciones quirúrgicas.

Los dosadores de jabón con palanca acodada, por ejemplo, son imprescindibles en las salas prequirúrgicas para el correcto lavado de manos y antebrazos. Durante el período de la pandemia, los dispensadores de jabón y líquidos desinfectantes que no proporcionaran contacto directo con los dedos en el botón del dispensador se volvieron fundamentales, las jaboneras con sensor No-Touch demostraron ser la solución ideal para responder a esta solicitud cada vez más importante. En consecuencia, otro tipo de dispensadores también se han adaptado a la demanda, como los de toallas de papel.

Sin embargo, los sensores internos no son todos iguales, algunos son más adecuados y funcionales para unas situaciones que para otras.

Mar Plast ha modificado el sensor del dispensador Art. 885 para papel toalla, con el fin de hacerlo lo más efectivo posible. La eficacia consiste en dispensar la cantidad necesaria de papel sin desperdiciar innecesariamente hojas de papel que, además de dar un aspecto desordenado al baño, supondrían un gran desperdicio desde el punto de vista ecológico y económico.

No sólo eso, el sensor es más efectivo cuanto más capaz es de detectar la correcta presencia de la mano, en este caso el usuario no se encontrará en la desagradable situación de intentar y tratar de colocar sus manos debajo del dispensador para recibir el hoja de papel toallas, solo traiga su mano y el sensor podrá leer correctamente la presencia de la mano.

Este último aspecto tiene un impacto, aunque no inmediatamente comprensible a primera vista, en la vida de la batería interna del dispensador que, de hecho, podrá vivir más tiempo ya que la dispensación se optimizará sin desperdicio.

El dispensador de toallas de papel 885 con sensor No Touch consigue así dar respuesta a la necesidad de poder secarse las manos de una forma más higiénica sin entrar en contacto con el propio dispensador, respetando el medio ambiente, evitando el desprendimiento de papel vacío y optimizando los recursos internos de forma gratuita.

Menos pilas que desechar, menos hojas liberadas para nada, una apariencia más ordenada, un uso más satisfactorio del producto, ¡no parece mal resultado por el momento!

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